viernes, 21 de agosto de 2015

Editorial 12 (20150821)

EDITORIAL
Pobreza: ¿Causa o consecuencia?

Para abordar un tema como la pobreza, nos apalancamos en lo escrito por la reputada escritora y pensadora guatemalteca: Jolie Totò Ryzanek Voldan, quien hace años sentenció: “Pobre es aquella persona que no tiene nada en su mente y en su corazón para compartir con los demás”.
En cuanto a lo referente al corazón, es más que obvio que se refiere a los sentimientos de la persona y, en ese sentido, todos compartimos nuestros sentimientos con los demás, ya sean de amor, tristeza, alegría… y de frustración ante la situación que vivimos en Guatemala.
Tal sentimiento deriva entonces, de no poder compartir aquello que no se posee a nivel general, y que es básico para la sobrevivencia y la propia convivencia de las personas. Hablamos de: riqueza, educación, salud, bienestar, alimento y prosperidad, cuando menos para la mayoría poblacional.
Al pensar respecto de las causas válidas de tales falencias, nos encontramos con un sinfín de respuestas que no entraremos a analizar en este corto espacio y nos enfocaremos en tan solo una de las causas de tan terrible flagelo: LA CORRUPCIÓN, porque no es posible que mientras el grueso de la población es analfabeta y carezca de un servicio de salud integral y eficiente, mientras haya otros que descaradamente roban cantidades millonarias del erario nacional, destinados a proveer tales servicios a la población.
En tal orden de ideas, se hace más que claro repensar seriamente en cuanto hemos hecho, porque obviamente no es suficiente. No es suficiente aumentar el número de asignaciones presupuestarias a los programas sociales, porque no se trata de “regalar más pescados, sino de enseñar a pescar”. Tampoco es lícito pensar que para lograrlo, hemos de adoptar la solución simplista de aumentar el presupuesto del ministerio de Educación, porque visto está que tales aumentos solamente van a parar a los bolsillos de los funcionarios actuales y en el mejor de todos los casos, a los bolsillos de la nueva burocracia que se contrate para “supuestamente” conseguir el objetivo de mejorar la educación cualitativa y cuantitativamente… Necesitamos urgentemente, imponer sanciones verdaderamente ejemplares a quien resulte culpable de corrupción.

Necesitamos revertir lo hecho, para adaptarlo a nuestra realidad, necesitamos crear una ciudadanía consciente de sus deberes y obligaciones, con vocación de servicio y con un alto grado de compromiso moral con su patria, con el sentido de solidaridad descrito entrelineádamente por la autora de la sentencia que inició estas consideraciones.

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