EDITORIAL
Pobreza:
¿Causa o consecuencia?
Para abordar un tema como la pobreza, nos apalancamos en
lo escrito por la reputada escritora y pensadora guatemalteca: Jolie Totò
Ryzanek Voldan, quien hace años sentenció: “Pobre es aquella persona que no
tiene nada en su mente y en su corazón para compartir con los demás”.
En cuanto a lo referente al corazón, es más que obvio que
se refiere a los sentimientos de la persona y, en ese sentido, todos
compartimos nuestros sentimientos con los demás, ya sean de amor, tristeza,
alegría… y de frustración ante la situación que vivimos en Guatemala.
Tal sentimiento deriva entonces, de no poder compartir
aquello que no se posee a nivel general, y que es básico para la sobrevivencia
y la propia convivencia de las personas. Hablamos de: riqueza, educación,
salud, bienestar, alimento y prosperidad, cuando menos para la mayoría
poblacional.
Al pensar respecto de las causas válidas de tales
falencias, nos encontramos con un sinfín de respuestas que no entraremos a
analizar en este corto espacio y nos enfocaremos en tan solo una de las causas
de tan terrible flagelo: LA CORRUPCIÓN, porque no es posible que mientras el
grueso de la población es analfabeta y carezca de un servicio de salud integral
y eficiente, mientras haya otros que descaradamente roban cantidades
millonarias del erario nacional, destinados a proveer tales servicios a la
población.
En tal orden de ideas, se hace más que claro repensar seriamente
en cuanto hemos hecho, porque obviamente no es suficiente. No es suficiente
aumentar el número de asignaciones presupuestarias a los programas sociales,
porque no se trata de “regalar más pescados, sino de enseñar a pescar”. Tampoco
es lícito pensar que para lograrlo, hemos de adoptar la solución simplista de
aumentar el presupuesto del ministerio de Educación, porque visto está que
tales aumentos solamente van a parar a los bolsillos de los funcionarios
actuales y en el mejor de todos los casos, a los bolsillos de la nueva
burocracia que se contrate para “supuestamente” conseguir el objetivo de
mejorar la educación cualitativa y cuantitativamente… Necesitamos urgentemente,
imponer sanciones verdaderamente ejemplares a quien resulte culpable de
corrupción.
Necesitamos revertir lo hecho, para adaptarlo a nuestra
realidad, necesitamos crear una ciudadanía consciente de sus deberes y
obligaciones, con vocación de servicio y con un alto grado de compromiso moral
con su patria, con el sentido de solidaridad descrito entrelineádamente por la
autora de la sentencia que inició estas consideraciones.
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