EDITORIAL
Luces y
opacidades ediles
Ante la inexistencia de líderes en
Guatemala, Álvaro Arzú Irigoyen, alcalde de la ciudad de Guatemala es quizá el
último de los líderes de la vieja escuela, lo cual le cae como guante a la
medida de su mano, puesto que ha tenido la preciosa oportunidad de poder dar
continuidad a sus propuestas durante varios períodos al frente de la comuna
citadina.
Pero igualmente, ha tenido desaciertos
continuados que realmente son preocupantes, porque es más que obvio que mientras “maquilla” la ciudad con pasos a
desnivel que hacen que el tráfico se fluidifique, también logran que haya
muchos conductores que consuman una gran cantidad de combustible en los embudos
que ha creado, ya sea porque más tarde que temprano estas construcciones
fluidifican una arteria, y dejan sin salida a otras arterias secundarias,
haciendo que los conductores desesperados invadan la calles secundarias,
inclusive conduciendo contra la vía o provocando mayores atascos, al quedar
obstruidas las pocas vías alternas al viaducto principal construido “para
fluidificar” el tráfico. Quizá el mejor ejemplo de lo expuesto lo pueda
verificar a bordo de su moto sin placa, conduciendo sin casco y sin el chaleco
respectivo a las 18:00 horas del cruce de Vista Hermosa al centro comercial Los
Próceres en la zona 10, solamente esperamos que cuando lo haga no le llueva,
porque entonces deberá soportar meter los pies en los ríos que anegan el
viaducto, cuando deba detener la marcha.
Igualmente, ha recuperado la sexta
avenida como un sitio para personas snobs y mantiene una férrea vigilancia,
para que los vendedores ambulantes informales, deban andarse escondiendo de sus
abusivos agentes, que siguen fielmente el ejemplo de su jefe máximo: ¡El
alcalde Álvaro Arzú!
Pero quizá el verdadero logro de su
administración edil haya sido el apoyo brindado al arte al recuperar también el
antiguo edificio de correos, la Casa Ibargüen y la implementación de la carrera
de Gestión Cultural para vecinos, mientras el problema de falta de agua en
varias zonas continúa; la falta de mantenimiento al sistema de grandes
colectores, sigue durmiendo el sueño de los santos hasta que colapsan y tragan
casa completas y en fin, ha maquillado la ciudad, pero poco a poco, esta misma
ciudad va dejando de ser funcional, que es lo que al final importa.
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