jueves, 13 de agosto de 2015

Robin Hood Anonymous (20150813)

ORIFICIO
Robin Hood Anonymus
Jolie Totò Ryzanek Voldan

Luego de conocerse el ciber-ataque al Tribunal Supremo Electoral (TSE) por el grupo autodenominado “Anonymus”, surge cualquier cantidad de interrogantes y consecuencias que, por su importancia, me parece importante abordar algunas de ellas.
En primer lugar, la vulnerabilidad de una base de datos que debiera ser de suyo “invulnerable”, pero que para bien o para mal ha sido “hackeada” y robada, para hacerla llegar a diferentes medios de comunicación, como una “demostración de fuerza” del grupo clandestino.
El asunto es que junto a la base de datos hecha llegar a los medios, se adjuntó una lista de irregularidades encontradas y “se amenaza” al TSE para que dicte una resolución que debiera ser tomada por ellos mismos… ¡A dónde hemos llegado!
Y es que llora sangre observar que hasta las instituciones que debieran ser ejemplo de probidad, están salpicadas por la corrupción y el tráfico de influencias, si no es que se encuentran total o parcialmente cooptadas por grupos ajenos a su hacer.
Jurídicamente, el asunto va mucho más allá, porque carecemos de leyes específicas para calificar este tipo de delitos, y, en consecuencia, aunque todos sabemos que es ilegal el “hackeo”, en Guatemala no hay cómo perseguirlo ni castigarlo.
Adicionalmente, el tal grupo “Anonymus” ha destapado una nueva fuente de inconformidad ciudadana, puesto que mediante la comisión de un delito “no tipificado” ha puesto en evidencia la parcialidad o mal manejo de la información y datos por una institución que debiera ser la más creíble de todas, porque de su gestión resultan nombradas la más alta dirigencia del país.
En lo político, sucede que es un ente con la independencia para sancionar a los partidos políticos que cometan faltas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos y resulta que un grupo clandestino es capaz de “Exigirle que cancele a tal o cual partido…” que, con o sin razón haya transgredido la ley “a ojos de ellos” o de cualquiera.
Pero el meollo del asunto deviene en que si el TSE cancela cualquier partido, todo mundo dirá que fue por la presión ejercida por este grupo clandestino. Si no lo hace, perderá la poca credibilidad que poseía ante la población.
Socialmente, el grupo hace publicaciones en las redes sociales, llamando a la población a “unirse a su movimiento de inconformidad, para desenmascarar a todos los corruptos de Guatemala”… ¡Habrá que construir urgentemente, muchas cárceles e implementar cuando menos el doble de juzgados!
En suma: Se comete un ilícito en nombre de la justicia y resulta que realmente aporta pruebas contundentes que echan por tierra la credibilidad del ente encargado de declarar quiénes serán los dirigentes del país y lo condiciona a que “haga lo que ellos le dicen ‘a nombre de un pueblo indignado’”…
Personalmente me es difícil calificar la acción, porque por un lado veo la manipulación del maltrecho sistema democrático que tenemos y me siento insultada, al verificar que he sido engañada por el TSE. Pero por otro lado, me alegra que sucedan este tipo de situaciones en mi país, porque ello denota que hay personas que, aunque recurren a la ilegalidad conceptual, están pensando la manera de sacarnos de esta oprobiosa situación mediante acciones concretas que puedan ser de beneficio colectivo.

Adicionalmente, considero que esta acción es comparable a un golpe de Estado técnico, ya que aunque hay autoridades investidas, hay, cuando menos, un grupo paralelo que puede representar los intereses legítimos de la población y posee el suficiente poder y conocimiento como para efectuar una verdadera y real presión al más alto nivel… El problema sobrevendrá, cuando este grupo se corrompa por el poder, porque como reza el viejo refrán: “El poder corrompe, pero el poder absoluto corrompe completamente”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario