EDITORIAL
La
puntilla final del PP
Cuando el Partido Patriota (PP) hizo la campaña política
que llevó a la presidencia a Otto Pérez Molina, poseía como símbolo un puño
empuñado y su lema fue “Mano Dura”, porque se suponía que emplearía todos los
recursos a su alcance para controlar la ola de violencia, con lo cual se
esperaba, que la situación económica mejorara, al existir mayor seguridad.
Luego de tres largos años de espera y un sinfín de
promesas, finalmente, se tuvieron que rendir ante la abrumadora evidencia que
realmente NO HABÍAN HECHO NADA y, por el contrario, la situación tendió a
empeorar, porque llegamos a índices de muertos comparables y hasta superiores a
la cifra de muertos de cuando el país se encontraba en el conflicto armado
interno.
El último año de su gobierno, cuando realmente se
esperaba que las promesas hechas se cumplieran ha sido el peor en cuanto a su
gestión gubernamental, porque se enfrentaron al enorme escollo de carecer de
fondos para lograr hacer cualquier intento. Incluso, se llegó al acabose que
los autos policiales no podían movilizarse por falta de combustible y todo el
aparato estatal prácticamente colapsó por falta de fondos.
Así las cosas, iniciaron las investigaciones respecto del
destino de los fondos asignados a los diferentes rubros y empezaron a aflorar una
serie de irregularidades que denotaban que el gobierno del PP en su conjunto,
instalados luego de despedir a toda la burocracia anterior, SE HABÍAN DEDICADO
A ROBAR EN TODAS LAS FORMAS POSIBLES y no a gobernar.
La popularidad del gobierno del Partido Patriota sufrió
en el último año de gestión el mayor desgaste imaginable y llegó a ser un
gobierno completamente impopular para la ciudadanía pensante de Guatemala.
Ante la cercanía de las siguientes elecciones, proclamaron
de forma ilegal como candidato al exministro de Comunicaciones, lo que les
valió una sanción y la cancelación del nombramiento de la vicepresidenta en
funciones como Secretaria General del PP, por lo cual hubo todo tipo de
presiones legales e ilegales que a la fecha se ventilan en las diferentes
instancias judiciales, y un grueso número de sus integrantes SE TRANSFUGARON a
otros partidos, acarreando la podredumbre a las filas de otras instituciones,
precisamente por el poder que le otorga la cantidad de dinero que cada cual
aporta a la campaña.
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